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En Nueva York desde el 30 de marzo del 2003 no se puede fumar casi en ningún espacio público con capacidad para más de 50 personas y eso incluye bancos, bares, recepciones de hoteles y otros edificios, restaurantes, estadios y transportes públicos (metro, tren, avión, etc...). Algo parecido ocurre con el consumo de bebidas alcohólicas en sitios públicos. Si un policía divisa a alguien bebiendo alcohol en un parque o en la calle, por ejemplo, le puede poner una multa e incluso arrestar.
Por precaución, recomendamos fumar únicamente en la calle o en la habitación del hotel, pues las normas sobre el tabaco en Estados Unidos cada vez son más severas. Existen algunos restaurantes y bares con zonas exteriores al aire libre en donde hay secciones para fumadores, pero aún así, lo recomendable es preguntar en el establecimiento si se puede fumar o no, o bien fijarse bien en los carteles de prohibición.